El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


jueves, 17 de febrero de 2011

La otra piel de ANNE MICHAELS

Fotografia de Tom Lacki


 FLORES 

Hay otra piel dentro de mi piel 
que se ajusta a tu tacto como un lago a la luz; 
que desliza su memoria, su lenguaje perdido 
dentro de tu lengua, 
borrándome para hacerme de nuevo. 

Justo cuando el cuerpo cree saber
los caminos para conocerse a sí mismo,
esta segunda piel sigue buscando sus respuestas.
 


En la calle - las sillas de los cafés abandonadas 
en las terrazas, los puestos del mercado vaciados 
de su viva luz,Hay otra piel dentro de mi piel  
aunque el pavimento todavía respire 
uvas y melocotones - 
como la luz de todo lo que crece 
en la tierra recién removida, 
cada partícula de mí se ajusta a tu tacto, 
el viento envolviéndonos las piernas en mi vestido, 
tu camisa deshaciéndose en flores por mis manos.
 


Poema recogido en el libro EL PESO DE LAS NARANJAS & MINER´S POND, Bartleby Editores, 2001. La traducción es de JAIME PRIEDE.


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