El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


domingo, 15 de noviembre de 2015

La piel del tiempo

Y una vez despierto ...le asalto un atisbo de madurez, esa convicción de empezar un año nuevo que por fin seria decisivo  , volver la vista atrás a lo que acababa de soñar marcaría ya el camino de su carrera artística.
"Mis sueños se comportan como un perro , decía , se echan donde les apetece "Quizás por ello nos provocaban una extraña sensación al mirarlos
  Algunos son objetos reconocibles pero también había imágenes perturbadoras. En su mayoría escenas en blanco y negro. Un perro atado a un paracaídas, escaleras apoyadas unas en otras , sillas en el aire, jaulas abiertas y  sombreros abandonados, esbozos de figuras humanas en alegre alborozo o huyendo despavoridas , quien sabe pues todo aparecía bajo esa neblina del retazo inconcluso... En total, 365 obras que sirven para plasmar los sueños de autor durante todo un año. La idea le surgió una noche en la que el artista tuvo un sueño feliz, que le dejó un sabor nostálgico y maravilloso. Quiso plasmarlo. "Pensé que los sueños siempre pasan y nunca más se acuerda uno de ellos", cuenta. Por eso, decidió que cada día, al levantarse, plasmaría sus sueños. Decidió utilizar diversas técnicas, entre ellas cerrar los ojos y relajarse dejando que el sueño volviera a aparecer, cosa que ocurrió en muchas ocasiones; en caso negativo, decidió plasmar la primera imagen que le viniera a la mente en ese momento.
Poco a poco se fue convirtiendo en un experto en lo que a rescatar sueños del fondo de su cabeza se refiere. rebuscar en lo que estando aun presente y fresco en esas primeras horas de la madrugada era ya pasado ."LLegara ese día en que  ya no podamos imaginar tanto futuro como pasado tenemos .  Para entonces la autentica medida de mi vida serán  tan solo estos recuerdos " afirmaba para justificar su empeño diario
 Tan era así, que al final de su experimento llegó realmente a preocuparse. Se estaba obsesionando y había días que soñaba que pintaba un sueño que a su vez modificaba mientras dormía para luego poder pintarlo a su antojo una vez despierto. 
El cuadro debe acabarlo e interpretarlo el espectador, vino a decir el artista que reclama paciencia y tiempo para contemplar sus pinturas. Reivindicó la recuperación del detenimiento , la atención a la hora de mirar obras que pueden ser “una ventana o un espejo”. Ellas tienen esa rara  virtud de no cambiar , la de carecer de tiempo. 
Colocaron sillas y sofás para que la gente se sentase a verlos e incluso pudo verse a un chico trajeado cerrar los ojos relajado tras una larga contemplación .

Y una vez despierto...
JUAN GENOVES " Dispersión "