El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


lunes, 31 de marzo de 2014

Oteiza , Francoise Hardy y el bacalao de Marichalar

 Y es que no todos los domingos almuerza uno con el nieto del rey en la mesa de al lado . Vaya por delante que no se trataba de mesa de ringo-rango con mantel de hilo , sino del autoservicio con menu en bandeja que nos  sirvieron en Almoneda  y que sirvió para unir en torno a un bacalao al ajoarriero algo impensable : a mi socia republicana con el colorido optimista de un  Marichalar y su apesadumbrado  Froilan ( del pie ,  tranquila España , que  ya se le ve pisar firme )
En la visita a las galerías  de la feria puede disfrutarse de un pequeño dibujo del escultor Oteiza . Ese escultor que afirmaba que  para ser un revolucionario hay que ser pesimista. Pesimista, pero no derrotista. Sólo el pesimismo ante lo que hay te puede llevar a querer cambiar las cosas. Los optimistas se sienten satisfechos con lo que tienen. Y yo me hubiera dado por satisfecho y hasta hubiera dado lo que tenia (pero no me alcanzaba ) por llevarme del stand de Anmoder esta fotografía sesentera de Francoise Hardy , esta "super "  a tamaño natural y  cambiarle esas gafas por las mías....
Pero volviendo al clan  Marichalar :  no tardaron en levantarse , ya se sabe , los revolucionarios no acostumbran  esperar  a los postres .
Françoise Hardy. Photograph by Victor Blackman/Getty Images.
Francoise Hardy  fotografiada por Victor Blackman 

martes, 25 de marzo de 2014

El teatro y el oficio de vivir

Foto de Robert Doisneau
  "....Te hacía descubrir, línea a línea, lo que el personaje callaba. Decía: “Si un texto está bien escrito, detectarás no sólo lo que el personaje dice sino lo que decide no decir, que es mucho más importante, porque es lo que le define y le hace realmente interesante. Pero no siempre es fácil verlo”.
Otro día nos dijo: “Muchos actores tienen la tendencia a querer contar todo el personaje, a “ilustrarlo”, y entonces la interpretación se vuelve redundante. No hay que “explicar”, ni olvidar que el público también piensa. No solo te han de escuchar y han de conmoverse: han de pensar contigo, y preguntarse qué estás pensando”.
Como maestro y como director tenía una paciencia infinita. Cuando un actor no entendía algo, él iba a lo más básico para ayudarle a llegar al lugar donde quería llevarle. Si el actor no había hecho el trabajo inicial por su cuenta, hacía todo el proceso con él desde el principio. Ser paciente es una forma de ser respetuoso. Y sabía dirigir a cada uno de una manera diferente: esa es una de las mayores cualidades de un director. 
Me enseñó una manera de estar en este oficio.
Me enseñó a valorar la disciplina, el respeto por el trabajo, por el escenario, por el público. A no ceder nunca a lo fácil, a exigirte. A superarte siempre, pero sin compararte con nadie. Decía: “Nunca hay que buscar ser más que otro. Eso es absurdo, no lleva a ninguna parte. Has de compararte con tu anterior trabajo. Si intentas ser mejor que otro estás abocado al fracaso, porque siempre habrá alguien que diga que el otro es mejor que tú, y eso te hundirá. No hay que competir”.
Después de un ensayo Largo viaje hacia la noche me dijo algo que he intentado seguir a rajatabla: “Carlitos, el mejor trabajo es el que no se nota. Ojalá que el público que te vea actuar no piense nunca “qué buen actor es”. Has de intentar que al escenario no salga el actor, sino que el público vea siempre al personaje y que se lo crean. Al acabar, si quieren, que piensen en lo bueno que es el actor, pero no durante. No salgas a hacer un alarde de facultades. Nunca hay que “mostrar” el trabajo. 
A veces me imagino que está en el patio de butacas viendo la función y que luego me dice: “Carlitos, te creerás que hoy has toreado muy bien, pero has estado tocando el violín”.  Todo lo que me dijo lo apunté con el rotulador gordo: eran enseñanzas para el teatro y para la vida. 

(Extracto del articulo de Marcos Ordoñez al director teatral William Layton y Carlos Hipolito )

No te soltaré

"NO TE SOLTARE HASTA QUE ME BENDIGAS "     GENESIS 32.26

lunes, 17 de marzo de 2014

La ausencia

"Un solo ser nos falta y el mundo se despuebla "
Alphonse de Lamartine 
 ( Foto de autor desconocido )

domingo, 16 de marzo de 2014

El beso de un hombre bajo la tormenta



John Wayne y Maureen O’Hara  llegan a un cementerio, y cuando van a besarse se desata una tormenta que asusta a la mujer; se resguardan como pueden, el hombre se quita la chaqueta para cubrirla, se le empapa la camisa blanca, y entonces se besan de veras por primera vez. Lo llamativo es la expresión, la mirada que a continuación se le queda a Wayne. Estoy convencido de que es el actor que mejor ha sabido mirar en el cine, sobre todo a las órdenes de Ford: en un solo plano, uno entiende lo que le pasa, y lo que le pasa no son cosas ni sentimientos simples, sino complejos y matizados. Su pena no suele ser pena sin mezcla; su odio no es odio sin mezcla; su indignación no es primaria, su espanto es profundo. Es alguien capaz de saber –y de transmitir– que hay un antes y un después, que a partir de un momento, o una experiencia, o unas palabras, nada será ya lo mismo, empezando por su personaje.
Lo normal, lo convencional en una escena amorosa, tras un primer beso, es que quienes la protagonizan estén exultantes de felicidad o bien sigan besándose con entusiasmo o lascivia crecientes, según. Eso no ocurre en El hombre tranquilo. Wayne abraza a O’Hara y vuelve el rostro, no hacia la cámara pero sí hacia el frente. Y su mirada parece en primera instancia de tristeza, de lástima incluso. Claro está que no lo es. En seguida uno comprende el matiz: es seriedad, gravedad, acaso responsabilidad, como si se estuviera diciendo: “Ay, ahora estoy vinculado. Es lo que deseo, pero ha llegado y ya no hay vuelta atrás. Me quedaré junto a esta mujer, no le fallaré, la querré y la cuidaré. Le daré la mejor vida que pueda y a eso dedicaré mi existencia. No sólo a eso, pero eso estará por encima de todo lo demás. Y le seré incondicional”.
JAVIER MARIAS comentando la escena de El hombre tranquilo de Ford

martes, 11 de marzo de 2014

La libertad de hablar

" La libertad de hablar se está perdiendo. Antes era evidente que las personas que mantenían una conversación se interesaban por su interlocutor, pero eso ha sido hoy sustituido por la pregunta por el precio de sus zapatos o de su paraguas. En toda conversación se va infiltrando, inevitablemente, el tema que plantea las condiciones de vida, el tema del dinero. Pues no se trata de las preocupaciones y sufrimientos de los individuos, en lo que tal vez unos podrían ayudar a los otros, sino de la situación en su conjunto. Es como si estuviéramos atrapados dentro de un teatro y tuviéramos que presenciar la obra que se representa en el escenario, lo queramos o no, convirtiéndola, una y otra vez, en objeto del pensamiento y la conversación."

Calle de dirección única " Walter Benjamin
Foto de Christian Paul Kusch 

Un fuerte y flojo!

                                                                     A mis compis AnaB y Mina , esta  canzone originale italiana !

)


jueves, 6 de marzo de 2014

Oh Boy

Cuando ya no queden locos


No sabían si incinerarlo o enterrarlo . Nadie se pronunciaba. No tenia a nadie .
Quizás por eso él  se sentía tan al margen de la vida pues para muchos parecía  que hace ya tiempo  hubiese muerto. Ésa dicen llego a ser  una de sus paranoias más frecuentes,  también tenia otras, como una según la cual la CIA lo persigue desde hace años pero  ¿quien no tiene paranoias?  Un vecino mio , también veía a la CIA  tras sus pasos  pero le resulto poco  poético descubrir que se trataba de su mujer sospechando de sus infidelidades .
Tras temporadas en la Lopez Ibor pretendía en un futuro dejar la poesía y dedicarse a la psiquiatría ,  si le pagasen los derechos . Quizás no ironizaba . Los locos , como los borrachos , tienen esa mania de decir la verdad .
Bajo ese tópico de loco oficial de la poesía española , Leopoldo María Panero  nos ha dejado escritos  con su caótica desmesura poemas de una belleza cegadora como este “A mi madre”, que termina: “y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra / y ahora que el poema expira / te digo como un niño, ven / he construido una diadema / (sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)”.
Foto de Willy Ronis 

martes, 4 de marzo de 2014

No supe que estaba triste

                                 Pal quillo Juancar , que nos canta maitines

“¿Y sabes?, no supe que estaba triste hasta que me pidieron que cantara”
 Arnaldo Calveyra