No sabían si incinerarlo o enterrarlo . Nadie se pronunciaba. No tenia a nadie .
Quizás por eso él se sentía tan al margen de la vida pues para muchos parecía que hace ya tiempo hubiese muerto. Ésa dicen llego a ser una de sus paranoias más frecuentes, también tenia otras, como una según la cual la CIA lo persigue desde hace años pero ¿quien no tiene paranoias? Un vecino mio , también veía a la CIA tras sus pasos pero le resulto poco poético descubrir que se trataba de su mujer sospechando de sus infidelidades .
Tras temporadas en la Lopez Ibor pretendía en un futuro dejar la poesía y dedicarse a la psiquiatría , si le pagasen los derechos . Quizás no ironizaba . Los locos , como los borrachos , tienen esa mania de decir la verdad .
Bajo ese tópico de loco oficial de la poesía española , Leopoldo María Panero nos ha dejado escritos con su caótica desmesura poemas de una belleza cegadora como este “A mi madre”, que termina: “y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra / y ahora que el poema expira / te digo como un niño, ven / he construido una diadema / (sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)”.
Foto de Willy Ronis |
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