El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


miércoles, 20 de octubre de 2010

Vida : instrucciones de uso

La vida es un banquete. Los hay que mueren atascados de pronto y caen bajo la mesa; otros tiñen de rojo el mantel con sangre y manchas abundantes, pero sólo de vino, ninguna lágrima; otro están aturdidos por las luces, el ruido, les repugna el aroma de los platos, están molestos por el barullo, agachan la cabeza y se echan a llorar. ¡Dichosos los sabios que comen lentamente, apartando a los comensales ávidos y a los criados descarados que les importunan, y que pueden, el último día, en el postre, cuando unos duermen, otros están ebrios desde el primer plato y muchos de ellos se han ido, enfermos, beber por fin los vinos más exquisitos, saborear los frutos más maduros, gozar lentamente de los últimos placeres de la orgía, vaciar el resto de un gran golpe, apagar los candelabros y morir!


Gustave Flaubert, Les Funérailles du docteur Mathurin.
foto ; Virxilio Viéitez 

No hay comentarios: