El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


miércoles, 6 de octubre de 2010

La promesa del alba

La tragedia de la última etapa de su vida parecia ya  llevarla  en ese rostro que alguien definio  como «un mapa bello de bondad y de tormentas»


El 18 de agosto de 1979, Jean Seberg, en un estado calamitoso, se tiró al metro en la estación de Montparnasse, pero el conductor tuvo tiempo de frenar y desconectar la corriente eléctrica, salvándola de una muerte segura, pero, poco más tarde, el 4 de septiembre, un hombre que paseaba su perro por la calle General Appert de París descubrió, dentro de un Renault 5 de color blanco que estaba allí aparcado, un bulto envuelto en una manta. Era el cuerpo en descomposición de la actriz. La policía encontró escrita, en un papel de los que se usan para enviar cartas por avión, una nota: «Diego, hijo mío, perdóname. No puedo vivir con mis nervios. Sé fuerte. Sabes cuánto te quiero. Mamá». 


El martes 2 de diciembre de 1980, Gary almorzó con Claude Gallimard en el restaurante Le Recamier. Volvió a su casa de la rue du Bac en el coche del editor y subió a su piso. Su hijo estaba ausente y la mujer con quien entonces convivía Gary, Leila Chellabi, había ido a la peluquería. Llamó por teléfono a su amiga Suzanne Salmanowitz de Ginebra para pedirle que fuera a recogerlo al aeropuerto de esa ciudad, adonde pensaba llegar a las tres de la tarde del miércoles, le dijo. Nada más colgar, entró en su habitación, cerró las persianas y las dobles cortinas. Sacó de una maleta el revólver Smith & Wesson, calibre 38 especial ,se puso ropa de dormir y se acostó, poniendo una toalla roja sobre la almohada. Metió el cañón del revólver en su boca y apretó el gatillo



El dia del entierro La marsellesa y el general de Gaulle vestido de uniforme despidieron el feretro . El cuerpo fue incinerado  en el cementerio de Père Lachaise y sus cenizas, según la voluntad del fallecido, «esparcidas en el mar o en un bosque».Ese dia  un amigo suyo, tras evocar al escritor, exaltó el amor por su madre como una de las constantes  de su obra y se estremeció al recordar que su hijo, de quince años actualmente, «desde hoy es huérfano de padres suicidas».

Todo lo que escribia era debido a "una necesidad de creer en algo " . Cedo la palabra : 


" Con el amor materno, la vida te hace al alba una promesa que jamás cumple. Después nos vemos obligados a comer frío hasta el final de nuestros días. Después de él. cada vez que una mujer te abraza y te estrecha contra su corazón ya no son sino pésames. Siempre volvemos a gritar sobre la tumba de la madre, como un perro abandonado. Nunca más, nunca más, nunca más. Brazos encantadores se juntan alrededor de tu cuello y tiernos labios te hablan de amor, pero tú ya sabes de qué va. Fuiste muy temprano a la fuente y te lo bebiste todo. Cuando vuelves a tener sed, por más que busques por doquier, ya no quedan pozos, sólo ha espejismos. Desde el primer resplandor del alba, has hecho un estudio muy riguroso del amor y dispones de documentación. Vayas donde vayas, llevas contigo el veneno de las comparaciones y pasas el tiempo esperando lo que ya recibiste... "  


( La promesa del alba )

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