El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


martes, 20 de noviembre de 2012

Las Corniches de los Bouroullec

Las Corniches surgen de la espontánea necesidad de encontrar un espacio donde depositar objetos pequeños. “Igual que cuando nos tiramos al mar buscamos un saliente en la roca para colgar nuestras cosas, en la vida cotidiana también necesitamos un lugar de almacenamiento pequeño e informal”, explica Ronan Bouroullec. Este es el motivo por el que las Corniches no son simples estanterías o superficies horizontales, sino más bien salientes individuales aislados dentro de los entornos que creamos. Como estante para las llaves al lado de la puerta principal, un lugar donde dejar alcance de la mano lo que necesitamos en el baño, como pedestal para una pequeña colección de objetos o para una instalación amplia, las Corniches son una nueva forma de utilizar la pared en el hogar.

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