“ Me gusta más vivir y respirar que trabajar" afirmaba Marcel Duchamp.
Colgó un recipiente de cristal ,lo llamó Aire de París y creó uno de los mayores malentendidos de la historia del arte.
" Mi arte consistiría en vivir: cada segundo, cada respiración es una obra que no está inscrita en ninguna parte, que no es ni visual ni cerebral, y sin embargo, existe. Es una especie de constante euforia".
Había mucha poesía en el acto y una fina ironía y una toma de distancia sobre todo aquello que podríamos denominar "la religión del arte" esa idea de que en la cultura podríamos hallar la salvación. "Me temo que en arte soy agnóstico", dijo Duchamp .
El mensaje estaba claro, lo que hoy llaman arte conceptual es simplemente eso, aire de parís. Todo el arte conceptual está resumido y contenido en esa obra. Sin embargo, los "grandes artistas del concepto", los que nada entendieron, lo tienen como maestro
Marcel Duchamp jugando al ajedrez con la escritora Eve Babitz (fotografía de Julian Wasser, 1963) |
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