Curro era capaz del delirio , y hasta de la comunión de los santos , cuando toreaba despacio , templando al toro en su salida , con verónicas que parecía que se le hubiesen dormido los brazos. Pero era capaz también de las más clamorosas espantás . A fin de cuentas un toro es siempre imprevisible y " si te tiene que coger un toro, decia él , que sea el bueno; nunca el malo".
Cuando al Faraon de Camas se le reprochaban estas esaborías tardes suyas , él con gracia torera nos exponía su personal tauromaquia del miedo. "El miedo es de las cosas más bonitas que existen en la vida. No hay palabras para describirlo. Cuando el toro no lo permitía jamás lo he intentado.Otros compañeros intentan pese a todo torear y hasta torean de rodillas ... A mí, de rodillas, ni en la iglesia!!
Paula en los años 80, retratado por Ramón Massats |
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