El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

John Wayne , el centauro salvaje

"Si tuviera que escoger un solo plano de toda la Historia del Cine – escribe Torres-Dulce en Armas, mujeres y relojes suizos–, elegiría un primer plano que capta el rostro de Ethan Edwards en The Seachers (Centauros del desierto, 1956), dirigida por John Ford"

The Searchers es el western del personaje fronterizo, del hombre que no quiere cruzar el umbral de la civilización, aunque para ello haya de sacrificar sus mayores esperanzas. Interpretado por el mítico John Wayne( Ethan Edwards) aunque relata el típico y tópico argumento de un rescate y cautivero en el lejano Oeste, parece que John Ford quiso contar un drama más universal, jugando con el espacio y el ambiente que más adoraba y conocía, el del western. The Searchers recoge muchos temas: la intransigencia con el extranjero, el conflicto de la ley con el caos, la civilización y lo salvaje, pero sobre todo se ciñe a no perder de vista la progresiva humanización de un hombre a través de la convivencia.

Ese hombre ,que podría ser cualquiera de nosotros ,comienza la historia sin descanso. Tal y como se recoge en la letra de la canción con la que se abren y cierran los títulos de crédito del filme, él está vagando y busca la paz de su corazón …veremos si la encuentra o si –habiéndola acariciado- no se siente en condiciones de aceptar un mundo en el que se ha legalizado la injusticia. Esa lección Ford la expresa sutilmente con el primero y el último de los planos. Cuando todo parece estar en orden, a Ethan le toca tomar una decisión: la de aceptar o no el hogar, el orden establecido, la familia.
En el porche , una mecedora sigue aguardandolo.


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