El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


jueves, 29 de septiembre de 2011

Calder y la cerdeira de Taramancos

Hijo y nieto de escultores,Alexander Calder se diplomó en Ingeniería Mecánica pero consiguió trabajo como ilustrador en periodico National Police Gazette  que en 1925  le encargó las ilustraciones de los espectáculos del circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey. Esta tarea  despertaria en él la fascinación por el tema circense de modo que, trasladado a París en 1926, creó su Circo Calder (Cirque Calder), una performance en la que intervenían figuras construidas con alambre y mediante el que el artista se presentó a Mondrian, Léger Arp, Man Ray y otros artistas de la vanguardia parisina.
Su estética se vio alterada significativamente tras su visita al estudio de Mondrian en París, en el que al contemplar las composiciones geométricas del artista holandés, Calder se las imaginó en movimiento.Al principio eran esculturas compuestas de partes móviles independientes que se activaban mediante un motor eléctrico o  una manivela manual( Duchamp las bautizó como “móviles”) para posteriormente  crear obras colgantes activadas únicamente por el aire.

Ese mismo espiritu  pareceria inspirar  aquellos versos aereos de  Anton Aviles de Taramancos :
 "Imos  plantar unha cerdeira nova, temos que darlle esa alegria ao vento "


Foto de Ugo Mulas 

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