“El cerebro no puede percibir en su totalidad la realidad porque el cerebro es limitado y la realidad infinitamente detallada, así que toma atajos para construir una simulación de lo que hay”, explica. “A veces, esa simulación no es perfecta, y por eso se produce una ilusión, que no es más que una discrepancia entre la realidad y nuestra percepción de la misma”. Los magos son capaces de jugar con ese margen de error del cerebro, manipulando la consciencia y la atención para engañar a la mente. Por ello, en los trucos de los ilusionistas he encontrado perfectos experimentos neurocientíficos a partir de los que trabajar para extraer una idea del comportamiento de los circuitos neuronales implicados en la construcción de nuestra propia versión de la realidad."
Susana Martínez-Conde es responsable del de Neurociencia Visual en el Barrow Neurological Institute, en Phoenix (Arizona).
Susana Martínez-Conde es responsable del de Neurociencia Visual en el Barrow Neurological Institute, en Phoenix (Arizona).
Foto de autor desconocido |
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