El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


lunes, 6 de mayo de 2013

Caricias de sal rasguños sin más

Mentiras que son una brizna pena sal de hierba que por sus labios va. Mentiras que son finas como arena que sin intención, sin mala intención levanta al pisar. De la flor la raíz del mar la sal del cielo azul una nube gris del principio al final De la flor la raíz del tal el cual de la pasión tan sólo un desliz de la pared la cal. Como espuma son con las olas juegan caricias de sal rasguños sin más. Como espuma son y rebolotean hasta que al final se las traga el mar, se las traga el mar.

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