Atravesar el puente Brooklyn , descender la calle hacia Dumbo y ojear en la preciosa libreria que hace esquina algun ejemplar firmado por el propio Auster , tomarse una pizza en el italiano de enfrente y encaminarse luego hacia el embarcadero para saborear un helado en la casa de la foto es tambien una buena manera de celebrar la vida ...pero Auster lo relata de esta otra manera más feliz :
“Juzga extraordinario que algunas mañanas, poco después de despertar, cuando se agacha para atarse los cordones, lo inunde una dicha tan intensa, una felicidad tan natural y armoniosamente a tono con el mundo, que le permite sentirse vivo en el presente, un presente que lo rodea y lo impregna, que llega hasta él con la súbita y abrumadora conciencia de que está vivo”.
"La invención de la soledad "PAUL AUSTER
“Juzga extraordinario que algunas mañanas, poco después de despertar, cuando se agacha para atarse los cordones, lo inunde una dicha tan intensa, una felicidad tan natural y armoniosamente a tono con el mundo, que le permite sentirse vivo en el presente, un presente que lo rodea y lo impregna, que llega hasta él con la súbita y abrumadora conciencia de que está vivo”.
"La invención de la soledad "PAUL AUSTER
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