El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


viernes, 13 de julio de 2012

Lecturas de verano : " La escuela del virtuoso "

La escuela del virtuoso, de Gert Jonke (Ediciones del Subsuelo)
Un compositor con problemas de inspiración participa en la fantasía de sus dos amigos, el fotógrafo Anton Diabelli y su hermana, que han decidido repetir exactamente una fiesta celebrada el año anterior. El nombre del amigo, homónimo del célebre compositor del vals sobre el que Beethoven escribió sus 33 Variaciones Diabelli, parece anticipar que alguna variación se interpondrá en su proyecto.
(..)"El intento de establecer una congruencia entre sentimientos, experiencias, pensamientos, relaciones, conclusiones y conocimientos engarzados en un orden temporal, 
explicó Diabelli, más aún, no ya la congruencia, sino la 
identidad, entiendes, debe comprobarse si, a un año de distancia, se puede aún sentir, experimentar, pensar, apreciar y 
conocer exactamente lo mismo en su orden temporal.
Pretendes, dije, transformar recuerdos en presente, aunque las leyes de la naturaleza no lo permiten.
Leyes de la naturaleza, replicó Johanna. ¿De veras hablas sobre leyes de la naturaleza? ¿No es una ley natural que 
nada en absoluto se haya alterado desde el año anterior, 
sino que todo permanezca igual y que todo siga siendo insoportablemente injusto y miserable en la misma medida 
inalterada? ¿Y no es también una ley natural que se ha sabido preservar la apatía circundante y las insostenibles relaciones dominantes con tanta excelencia que nuestro intento de repetición de una fiesta parece un juego de niños? "
(..)"¿Acaso no recuerdas, querido, tras la fiesta del año pasado, cuando estábamos los dos juntos? ¿Y acaso no quieres 
averiguar si podemos llegar de nuevo juntos a mañana del 
mismo modo, sintiéndonos de nuevo el uno al otro con tanta 
intensidad —más bello de nuevo que nunca—, sino también 
para saber de una vez por todas si las restricciones del tiempo son ajenas ya a esta relación, de forma que estemos por 
fin seguros de tenernos para siempre el uno al otro fuera de 
lo común? "
Foto de Frank Horvart

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