El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


domingo, 8 de enero de 2012

Sigfrido de Guzman , el pintor fotografo

Lo descubrí este fin de semana en el Rastro de Madrid , una  fotografía  que  reclama tu atención entre otras mientras  rebuscas en ese microcosmos  que es cualquier anticuario .  Fue el  más artista , bohemio e inclasificable de los fotógrafos de la Escuela de Madrid . Pintor que llegó a la fotografía como llegó a la pintura  , tardíamente y de un modo autodidacta pues  en los años 50 se le podía ver haciendo copias en el Museo del Prado  .En su experimentación incorporo el oleo , la acuarela y  hasta sus propios dibujos a sus fotografías , todo ello con una técnica depurada.

Sigfrido de Guzmán. Sin título. 1972
El paso del tiempo , la soledad humana y la decadencia que sucede al abandono eran algunas de las  obsesiones de Sigfrido de Guzman (1925 - 2010 ) . En sus fotografías tenían cabida  colecciones de relojes en delicado equilibrio con una guitarra clásica o escenas familiares con una muñeca inquietante y deslucida al fondo , coches abandonados junto a casas  decrepitas ,  desolados paisajes nocturnos  y hasta clásicos bodegones que  su acentuado academicismo los  volvía turbadores 

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