El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


jueves, 10 de noviembre de 2011

Los desolados lamentos de G.Trakl

Foto de Gilbert Fastenaekens


"Hay dos clases de artistas. Unos traen respuestas y otros preguntas. Hay obras que esperan largo tiempo antes de que se las pueda comprender, pues traen respuestas a preguntas que aún no han sido formuladas". Estas palabras que André Gide escuchara a Oscar Wilde, pueden aplicarse al caso de Georg Trakl, considerado hoy uno de los grandes poetas  del siglo en lengua alemana.
En 1917 Rilke escribía: "la poesía de Trakl es un objeto de existencia divina para mí... el más conmovedor de los lamentos ante un mundo imperfecto"
Nace en Salzsburgo en 1887y luego se  establece en Innsbruck. En dicha ciudad colaboró en la revista Der Brenner. Ludwig von Ficker que la dirigía cuenta que a principios de 1914 un anónimo benefactor le envió una importante suma de dinero para ser distribuida entre dos colaboradores de su revista: Rilke y Trakl "cuyos poemas no entiendo –señalaba el mecenas–, pero en los cuales veo la marca del genio". Trakl al llegar al Banco a recibir su parte sintió tal repugnancia ante su buena fortuna que se negó a llenar las formalidades necesarias, y se retiró sin recibirla.
Destinado al frente polaco , la visión de los mutilados, de las matanzas, de los desertores ahorcados fue superior a sus fuerzas. Intentó suicidarse. Fue internado en el Hospital de Cracovia con el diagnóstico de "demencia precoz". Allí se suicidó con una fuerte dosis de cocaí.
na  Mi corazón en el ocaso

Al atardecer se oye el grito de los murciélagos.
Dos caballos negros saltan en la pradera.
El arce rojo murmura.
El caminante encuentra el hostal en el camino.
Magnífico es el vino joven con las nueces.
Magnífico tambalearse ebrio en el bosque crepuscular .
A través del oscuro follaje suenan campanas dolorosas.
Ya sobre el rostro gotea el rocío.

Versión de Helmut Pfeiffer
 a los veintisiete años de edad .

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