El rostro de un demonio oculto entre las nubes de uno de los frescos de Giotto de Bondone (1267-1337) que adornan la basílica superior de Asís ha salido a la luz tras ocho siglos de existencia, ha referido el fraile franciscano Enzo Fortunato.
El fresco data de 1290 y es una de las estampas de la vida de San Francisco de Asís, patrón de Italia, que la orden franciscana encargó al pintor florentino Giotto de Bondone para ilustrar la basílica superior de la Orden, sepulcro de su fundador. "En el medievo se tenía la creencia de que en el cielo habitaban indistintamente ángeles y demonios. Los primeros, llevaban las almas de los justos al Paraíso; los segundos, atraían las de los condenados", señala Fortunato.
El fresco data de 1290 y es una de las estampas de la vida de San Francisco de Asís, patrón de Italia, que la orden franciscana encargó al pintor florentino Giotto de Bondone para ilustrar la basílica superior de la Orden, sepulcro de su fundador. "En el medievo se tenía la creencia de que en el cielo habitaban indistintamente ángeles y demonios. Los primeros, llevaban las almas de los justos al Paraíso; los segundos, atraían las de los condenados", señala Fortunato.
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