El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


viernes, 22 de junio de 2012

"La cueva de los sueños olvidados "


El enclave es la cueva Chauvet, situada en Ardèche, al sur de Francia: una joya del Paleolítico, cuyo acceso está vedado al público general. Solo los arqueólogos y paleontólogos tienen acceso al enclave
El director Werner Herzog consiguió que el ministro de Cultura francés le concediera el permiso para entrar en la cueva Chauvet con un reducido  equipo de rodaje."Cuando vi las imágenes por primera vez mi corazón se paró durante treinta segundos ".
Las delicadas y complejas pinturas sobre las paredes de la caverna, dispuestas en diferentes planos y creando esa  ilusión del movimiento de los animales, parecían la demostración inequivoca de que el cine podía contar con miles de años de antigüedad
"Todo el arte se inventó entonces " dice Herzog El arte de la cueva estaba al mismo nivel que el de Picasso. Hay fragmentos culturales de memoria que perduran, que viajan a través del tiempo 31.000 años. Picasso, sin haber visto jamás las pinturas, pinta imágenes muy similares a las de la cueva. Es un extraño eco de la memoria de la Humanidad."

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