Vilhelm Hammershøi |
Ahora, New England, sé que ha muerto. Sentí como tras veces, la tristeza y
la sorpresa de comprender que somos como un sueño. Pensé en el hombre y
(Sólo los dioses pueden prometer, porque son inmortales.)
Pensé después: si estuviera ahí, sería con el tiempo una cosa más, una
cosa, una de las vanidades o hábitos e mi casa; ahora es ilimitada, incesante,
capaz de cualquier forma y cualquier color y no atada a ninguno.
Existe de algún modo. Vivirá y crecerá como una música, y estará
Conmigo hasta el fin. Gracias, Jorge Larco.
(También los hombres pueden prometer, porque en la promesa hay algo inmortal.)
JORGE LUIS BORGES
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