El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


jueves, 4 de noviembre de 2010

The Unending Gift

Vilhelm Hammershøi

    
Un pintor nos prometió un cuadro.  
Ahora, New England, sé que ha muerto. Sentí como tras veces, la tristeza y  
la sorpresa de comprender que somos como un sueño. Pensé en el hombre y en el cuadro perdidos.  
 
(Sólo los dioses pueden prometer, porque son inmortales.)
Pensé en un lugar prefijado que la tela no ocupará.  
Pensé después: si estuviera ahí, sería con el tiempo una cosa más, una  
cosa, una de las vanidades o hábitos e mi casa; ahora es ilimitada, incesante,  
capaz de cualquier forma y cualquier color y no atada a ninguno.  
  
Existe de algún modo. Vivirá y crecerá como una música, y estará  
Conmigo hasta el fin. Gracias, Jorge Larco.  
   
(También los hombres pueden prometer, porque en la promesa hay algo inmortal.)  



JORGE LUIS BORGES

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