El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


miércoles, 9 de julio de 2014

Lección de musica

Soy de una familia de organistas; por varios siglos, todos los Quignard -unos cincuenta de mis antecesores- han tocado el órgano en las iglesias, en Fürstenberg, en Alsacia y en Francia. Cuando la gente venía a rezar a la iglesia, era la única música que escuchaba en la semana. La música surgía y los emocionaba puesto que había poca. Y a mí la música me emociona profundamente. Pero la música tiene algo temible y es que viene de un mundo más antiguo que el lenguaje. Estuvimos sometidos a la audición desde el vientre de nuestras madres y no podemos manejarlo. No podemos cerrar la escucha, no podemos cerrar los oídos, no podemos…es como si no tuviéramos párpados.”

Pascal Quignard

Women Then
© Jerry Schatzberg, WOMEN THEN: Photographs 1954-1969, Rizzoli New York, 2010

No hay comentarios: