El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


lunes, 28 de julio de 2014

El reloj más hermoso

  Algo tan intemporal y refinado  solo podia crearlo  la manufactura PATEK PHILIPPE.

 Era todo un  reto : un modelo Calatrava ref 5227 y en estilo " officier " , esto es , una tapa fijada a la caja con fondo de zafiro mediante una bisagra invisible que permite a su dueño admirar la mecanica interior 
 La construcción de la esfera lacada color crema, al igual que la caja, sigue los postulados de la Escuela Bauhaus «La función dicta la forma». Modelo de sobriedad y legibilidad, su diseño se centra en lo esencial. Unos índices apliques de oro en forma de bastón marcan las horas, unos pequeños puntos dorados señalan los minutos y la fecha aparece indicada en posición 3h en una ventanilla con borde de oro pulido. En este marco de una gran sobriedad giran dos agujas de oro puntiagudas y facetadas tipo «dauphine» que marcan las horas y los minutos, así como una fina aguja con contrapeso para los segundos.

El ajuste manual de la tapa en el fondo transparente exige igualmente paciencia y habilidad, hasta poder oir el pequeño «clic» que indica que la tapa está cerrada, debiendo suprimirse prácticamente toda junta aparente. Si se la observa de perfil, se podrán descubrir unas finas acanaladuras curvadas que se extienden desde el canto hasta las asas de pulsera. Este motivo decorativo refuerza el dinamismo del reloj, al tiempo que subraya su elegante silueta haciéndolo parecer más plano. Cada acanaladura va primeramente tallada en oro macizo y luego se pule a mano, al igual que la totalidad de las partes de la caja

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