El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


lunes, 14 de mayo de 2012

Como un pájaro sin luz

Era más blanda que el agua, 
que el agua blanda, 
era más fresca que el río, 
naranjo en flor... 

Y en esa calle de estío, 
calle perdida, 
dejó un pedazo de vida 
y se marchó... 

Primero hay que saber sufrir, 
después amar, después partir 
y al fin andar sin pensamiento... 
Perfume de naranjo en flor, 
promesas vanas de un amor 
que se escaparon en el viento... 

Después, ¿que importa el después? 
Toda mi vida es el ayer 
que me detiene en el pasado, 
eterna y vieja juventud 
que me ha dejado acobardado 
como un pájaro sin luz. 

¿Qué le habrán hecho mis manos? 
¿Qué le habran hecho 
para dejarme en el pecho 
tanto dolor? 

Dolor de vieja arboleda, 
canción de esquina 
con un pedazo de vida, 
naranjo en flor... 

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