El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


viernes, 27 de mayo de 2011

El mundo en construcción de John Berger

O Pataco de Acebedo ( Virxilio Vieitez )



¿(..) qué significa el amor, la muerte, el nacimiento de los niños?. ¿Por qué existen la montaña y la nieve, los caballos, la noche y el viento, la música, el aguardiente y la mujer?  Esas preguntas sólo pueden responderse contando una historia. Y todas esas historias juntas participan de la construcción del mundo tanto como la roturación de los campos, la búsqueda de pastos en las laderas de los montes, o el trazado de las acequias. Forman parte de esa actividad común. ¿Que nos dice esa actividad, esa memoria siempre vigilante? Que hay una continuidad entre el hombre y el mundo. Que un establo puede ser como el interior de un animal, y que el fogón brillante que una mujer acaba de limpiar recuerda a un caballo negro recién cepillado. También que nuestros gestos no tienen por único destinatario a los otros hombres. Uno de los personajes de Puerca tierra  recupera su vieja armónica y se pone  a tocar en el bosque. “Tocaba para la montaña y para la mujer, escribe Berger. Para los muertos y para los no nacidos”. Es decir, no sólo existe una continuidad entre el mundo orgánico y el inorgánico, entre los animales y el hombre, sino también entre los vivos y los muertos. O dicho de otra forma, en la mirada del hombre, materia y espíritu, trabajo e imaginación, descripción y cuento se confunden. ( G. MARTIN GARZO  , prologo a PUERCA TIERRA de JOHN BERGER )

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