Y una vez despierto ...le asalto un atisbo de madurez, esa convicción de empezar un año nuevo que por fin seria decisivo , volver la vista atrás a lo que acababa de soñar marcaría ya el camino de su carrera artística.
"Mis sueños se comportan como un perro , decía , se echan donde les apetece "Quizás por ello nos provocaban una extraña sensación al mirarlos
"Mis sueños se comportan como un perro , decía , se echan donde les apetece "Quizás por ello nos provocaban una extraña sensación al mirarlos
Algunos son objetos reconocibles pero también había imágenes perturbadoras. En su mayoría escenas en blanco y negro. Un perro atado a un paracaídas, escaleras apoyadas unas en otras , sillas en el aire, jaulas abiertas y sombreros abandonados, esbozos de figuras humanas en alegre alborozo o huyendo despavoridas , quien sabe pues todo aparecía bajo esa neblina del retazo inconcluso... En total, 365 obras que sirven para plasmar los sueños de autor durante todo un año. La idea le surgió una noche en la que el artista tuvo un sueño feliz, que le dejó un sabor nostálgico y maravilloso. Quiso plasmarlo. "Pensé que los sueños siempre pasan y nunca más se acuerda uno de ellos", cuenta. Por eso, decidió que cada día, al levantarse, plasmaría sus sueños. Decidió utilizar diversas técnicas, entre ellas cerrar los ojos y relajarse dejando que el sueño volviera a aparecer, cosa que ocurrió en muchas ocasiones; en caso negativo, decidió plasmar la primera imagen que le viniera a la mente en ese momento.
Poco a poco se fue convirtiendo en un experto en lo que a rescatar sueños del fondo de su cabeza se refiere. rebuscar en lo que estando aun presente y fresco en esas primeras horas de la madrugada era ya pasado ."LLegara ese día en que ya no podamos imaginar tanto futuro como pasado tenemos . Para entonces la autentica medida de mi vida serán tan solo estos recuerdos " afirmaba para justificar su empeño diario
Tan era así, que al final de su experimento llegó realmente a preocuparse. Se estaba obsesionando y había días que soñaba que pintaba un sueño que a su vez modificaba mientras dormía para luego poder pintarlo a su antojo una vez despierto.
El cuadro debe acabarlo e interpretarlo el espectador, vino a decir el artista que reclama paciencia y tiempo para contemplar sus pinturas. Reivindicó la recuperación del detenimiento , la atención a la hora de mirar obras que pueden ser “una ventana o un espejo”. Ellas tienen esa rara virtud de no cambiar , la de carecer de tiempo.
Colocaron sillas y sofás para que la gente se sentase a verlos e incluso pudo verse a un chico trajeado cerrar los ojos relajado tras una larga contemplación .
Y una vez despierto...
Y una vez despierto...
JUAN GENOVES " Dispersión " |