El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


lunes, 29 de diciembre de 2014

Elemental , querido

En su primer encuentro Sherlock Holmes le comenta a Watson que el cerebro del hombre es originariamente un desván vacío, que uno deber ir llenando con los enseres que prefiera. El necio, le dice Holmes, mete en él todos los trastos que encuentra, de modo que los conocimientos que podrían serle útiles no disponen de lugar, mientras que en cambio el artesano habilidoso controla lo que introduce en su cerebro-desván. Y no hay que olvidar que nuestro altillo no tiene paredes elásticas ni puede dilatarse sin límite, de modo que no conviene que datos inútiles desalojen a los útiles…
Foto de Aitor Lara

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