El arquitecto suizo Peter Zumthor, en su libro. Atmósferas (Gustavo Gili, 2008) , entre otras cosas, dice lo siguiente: "Entro en un edificio, veo un espacio y percibo una atmósfera, y, en décimas de segundo, tengo una sensación de lo que es. La atmósfera habla a una sensibilidad emocional, una percepción que funciona a una increíble velocidad y que los seres humanos tenemos para sobrevivir. No en todas las situaciones queremos recapacitar durante mucho tiempo sobre si aquello nos gusta o no, sobre si debemos salir corriendo de allí. Hay algo dentro de nosotros que nos dice enseguida un montón de cosas: un entendimiento inmediato, un rechazo inmediato. Naturalmente, conocemos bien la respuesta en el ámbito de la música. En el primer movimiento de la sonata para viola de Brahms (Sonata nº 2 en mi bemol mayor para viola y piano), cuando entra la viola, en un par de segundos ya está ahí, y no sé bien por qué. Y algo parecido ocurre en el ámbito de la arquitectura. No tan poderosa como en la más grande de las artes, la música, pero también está ahí".

Mi deseo seria crear en este blog una atmósfera, nada más que una atmósfera.


lunes, 1 de agosto de 2011

José Domínguez, El Cabrero


Este "pastor de nubes", como ha titulado su último disco, sólo canta cuando quiere. Canta como anda, es decir, asegurándose del terreno que ve y pisa "y, a ser posible, con el horizonte largo". Mientras "camine el tiempo", dice, seguirá con su rebeldía, con ese grito que está en el alma de su cante

Se nota que soy del monte, como el barco es de la mar.
Soy lento en mi caminar y el silencio es mi horizonte,
y eso el campo me lo da.
Hay quien tiene las ideas de un jabalí malherío.
Yo se que en el pueblo mío me han tratao como a una fiera,
porque nunca me he vendío.


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